sábado, 29 de enero de 2011

Sobre Pensamiento Racional y Pensamiento Dogmático

Para empezar a tratar este tema, es fundamental partir primeramente de los conceptos de Razón y Dogma, que son la esencia de los diferentes pensamientos que se expondrán a continuación:
  1.     Se entiende por razón[1] la facultad en virtud de la cual el ser humano es capaz de identificar conceptos, cuestionarlos, hallar coherencia o contradicción entre ellos y así inducir o deducir otros distintos de los que ya conoce. La razón humana, más que descubrir certezas[2] es una capacidad de establecer o descartar nuevos conceptos[3] concluyentes o conclusiones, en función de su coherencia con respecto de otros conceptos de partida o premisas. Para alcanzar este objetivo, la razón se vale de principios, que por su naturaleza tautológica[4], el ser humano asume íntima y universalmente como ciertos. Éstos son descritos por la lógica, que es la disciplina encargada de descubrir las reglas que rigen la razón, y sus principios lógicos son básicamente
  • El principio de identidad, que evidencia que un concepto es igual a ese mismo concepto (A es A).
  • El principio de no contradicción, que evidencia que un mismo concepto no puede ser y no ser a la vez (A no es negación de A).
  • El principio del tercero excluido, que evidencia que entre el ser o no ser de un concepto, no cabe situación intermedia (o A es, o no lo es).
Por este motivo también se conoce a la “razón” con el nombre de “Quantum”, ya que permite “cuantificar”, “medir”, “discernir” o “inteligir”, teniendo además en consideración, que es la razón el elemento que distingue e imprime su valor al ser humano, diferenciándolo del resto de la cadena de animales, otorgándole el apelativo de “animal racional”.

2.   Entiéndase por dogma[5] una doctrina sostenida por una religión u otra organización de autoridad y que no admite réplica, es decir, es una creencia individual o colectiva no sujeta a prueba de veracidad, cuyo contenido puede ser: religioso, filosófico, social, sexual, etc., impulsado por una utilidad práctica, y teniendo en cuenta que la enseñanza de un dogma o de doctrinas, principios o creencias de carácter dogmático se conoce como “adoctrinamiento”.

En cuanto a su origen el término podría relacionarse también a una norma o decreto emitido por una autoridad, o una opinión característica de una escuela filosófica, sin embargo con el crecimiento de la autoridad de la Iglesia, la palabra adquirió el que ahora es su significado principal, "teológico", del que se derivan, por analogía, el resto de los usos habituales, y por tanto serían “dogmas” no sólo las llamadas verdades de la religión católica, sino las de cualquier otra religión, o cualquier otra creencia que es proclamada como “verdad indiscutible”.

Por otro lado, hay que resaltar debido a esto que a partir del Renacimiento, se vincula estrechamente a la “razón con la ciencia”, y al “dogma” con la fe, y este último con la religión, pero es necesario dejar asentando que el “dogma”, no tiene que ver ni con el “mito”, ni con el “pensamiento mítico”, así como tampoco con “experiencia”, y “conocimiento empírico”.

"Fábricas de la Muerte"
Máxima expresión del "racionalismo instrumental",
o de la "estupidez humana"?

Por qué es importante diferenciar el uno del otro?

Pues simplemente porque los seres humanos desde sus primeros intentos de organización, se han visto envueltos por estas 2 corrientes de pensamiento, por un lado el “dogmatismo”, y por otro el “racionalismo”, conteniendo este último al “empirismo”. 

Pero para caer en cuenta de cómo estás formas de pensamiento han influido en el devenir de la humanidad, hay que destacar que “en los albores de las distintas civilizaciones no existían más que dos elementos, que actualmente no se conciben: “el pastor que guía, y el rebaño que obedece[6]”, comprensible específicamente por cuanto en principio el pueblo fue tan solo una masa gregaria; y quién conducía, tenía poderes plenos para “organizar”, frente al miedo que provocaba en el ser humano, enfrentarse ante los peligros de la naturaleza, lo cual le imprime a la vez su sello de “animal social”; sin embargo, no se debe olvidar que han ido cambiando los intereses, de tiempo en tiempo, en función de la óptica de la clase dominante, llegando a su máximo fulgor ambas formas de pensamiento, en la Edad  Media, (hechos de los cuales no se centrará hoy este estudio), con el “oscurantismo” inspirado en el “dogmatismo religioso”, y la “ciencia” inspirada en la “razón”, durante la Modernidad; cómo si del paso de la oscuridad a la luz, se encargará de demostrar la historia. 

Sin embargo tampoco hay que creer que por ese motivo, se debe tercerizar toda responsabilidad de nuestras vidas a la razón de manera exclusiva, o quizá a la fe, más aún cuando los representantes de la “teoría crítica”, que nació salvada del holocausto, como una ruptura con la izquierda clásica, la izquierda ortodoxa y el capitalismo salvaje, y en contradicción constante con el racionalismo y con el idealismo, Max Horkheimer y Theodor W. Adorno, pusieron en evidencia, las consecuencias que trae el uso de la “razón instrumental”, en el empleo de la ciencia y técnica para crear “fábricas de la muerte”, en las cuales diariamente, se acababan con decenas de miles de judíos por día, quienes entre sus tesis acerca del antisemitismo, explicado según Gandler (2009;28-29) lo ponen en evidencia como el “resultado de la contradicción entre lo particular y lo universal, en la que se encuentran los judíos[7] en las sociedades modernas ilustradas”, mas no como “la perversión de los ideales del proyecto histórico burgués capitalista-cristiano, mundializado con la colonización, sino como su consecuencia lógica”, contradiciendo el ideal de “liberté”, y reflejando a su manera el ideal de “égalité” centrado en un "interés de grupo," cuando en realidad es la “comunidad del pueblo racial”, dentro de las relaciones de producción existentes, “la forma más relevante” de celebrar el ideal de “fraternité”.

Es triste además evidenciar en compañía de estos dos autores de la teoría crítica, que el antisemitismo “tiene su raíz histórica más profunda en el cristianismo”, que pese a haber perdido influencia a nivel religioso, “persiste de manera seudorracionalizada en muchos de los “valores”, actitudes y estructuras de las sociedades modernas e ilustradas”, tomando en cuenta que los irracionalismos religiosos (otra forma de llamar al dogmatismo), importados a una forma “ilustrada” de pensar, ya no pueden tolerar ninguna divergencia, donde además la verdad ilustrada es única y no da cabida para nada más; todo para justificar un complejo de Edipo, u odio al padre, que tiene el cristianismo, con su propio origen histórico, "la religión judía", destruyéndola para autoafianzarse como religión propia, y no parecer una “diáspora”judía" como lo era a lo largo de su primera época, usando los logros técnicos, no para establecer formas más emancipadas de vida, sino para tratar de superar de una manera falsa el miedo a lo desconocido y a lo natural por vía de su exclusión, de su represión, y hasta su destrucción (Gandler; 2009: 30), como una forma perversa de adaptación de ambos pensamientos.

En este aspecto no queda más que tener claramente definido que el problema del conocimiento, es una relación permanente entre el sujeto y el objeto del estudio, y que además este está perfectamente ligado a la acción, donde dosis de irracionalidad[8] convertidas en “creatividad”, en unión con la racionalidad son de ayuda para mantener en el horizonte el respeto al derecho humano, y garantizar a través de un “control racional” la convivencia pacífica entre personas.

Pero ahora es el turno de la fe, y en ese aspecto, Kierkegaard[9] en su obra “El salto de la fe”, dentro de su concepción, nos invita a observar como un individuo cree en Dios o como una persona actúa en el amor, dado que no se trata de una decisión racional, transcendiendo la racionalidad en favor de algo más extraordinario que es la fe, considerando además que tener fe era al mismo tiempo tener dudas, de modo que para tener verdadera fe en Dios, el ser humano tendría que dudar también de su existencia, pues la duda, tal cual la considera René Descartes, es la parte racional del pensamiento de la persona, y sin ella la fe no tendría sustancia real, convirtiéndose la duda en un elemento esencial de la fe, y un fundamento, discutiendo así la subjetividad de los asuntos religiosos, pues la fe consiste en la relación subjetiva de total compromiso con tales doctrinas.

Es menester concluir este espacio, que es a la vez un reto, con una reflexión sobre una frase de William Drumond, que dice:

“El que no quiere razonar es un fanático; el que no sabe razonar es un necio; el que no se atreve a razonar es un esclavo”, asegúrense de no pertenecer a alguno de estos rangos.



[1]   Tomado del portal: http://es.wikipedia.org/wiki/Raz%C3%B3n_%28filosof%C3%ADa%29. Cabe mencionar que está definición es coincidente a la que se utiliza tanto en portales como en textos de filosofía
[2]           Sin embargo hay que destacar que epistemológicamente, verdad y certeza no son la misma cosa. El sentido epistemológico de verdad, se da a través de la verificación, en función de la repetición en la obtención del resultado, como decir que 2+2=4, en tanto que la certeza, no siempre cumple con esa función de verificación, de modo que se pueden dar como ciertas, cosas que son totalmente falsas, como por ejemplo al decir que el sol gira alrededor de la tierra, porque eso es lo que determinan nuestros sentidos.
[3]           El “concepto” es el “ser”, o sea, “la esencia misma de las cosas”, “es lo que es”.
[4]           Es decir, se explican en sí mismos.
[5]          Tomado de: http://es.wikipedia.org/wiki/Dogma. Igual que en la definición anterior, esta es igual a la descrita en portales como en textos relacionados con el tema desde un punto de vista filosófico.
[6]           Valenti Santiago, Las Sectas y las Sociedades Secretas a través de la Historia, p. XII, Editorial del Valle de México, México, 1975.
[7]           Hablar en este punto a favor o en contra de los judíos, sería caer en juzgamiento, e inclusive, en elucubración, por lo cual se recomienda prudencia. Al fin y al cabo son seres humanos, y nada justifica la muerte de otro por cualquier motivo.
[8]           En referencia a la carga de emocionalidad y otros factores que forman parte del ser humano.
[9]           Sören Kierkegaard (1813-1855), es considerado el padre del existencialismo